Obesidad alarmante

La obesidad se dispara en el mundo: una de cada ocho personas la tiene y ya supera a la desnutrición

Un megaestudio de la OMS publicado en 'The Lancet' revela que las cifras de obesidad en adultos se han duplicado en los últimos 30 años y las de niños se han cuadruplicado

Una de cada ocho personas en el mundo tienen obesidad
Una de cada ocho personas en el mundo tienen obesidadUnsplash

Las nuevas cifras avalan la teoría experta: hay una epidemia de obesidad 'contagiándose' por todo el mundo. Lo demuestra un megaestudio publicado en The Lancet que ha arrojado cifras impactantes: una de cada ocho personas en nuestro planeta tiene obesidad. Esto significa que más de mil millones de individuos con problemas de peso, una cifra que supera a la desnutrición como forma más común de malnutrición en el planeta.

Aproximadamente 1.500 investigadores han contribuido al desarrollo de esta investigación, que afirma que la obesidad se ha disparado desde 1990. En estos poco más de 30 años, el número de adultos con obesidad se ha duplicado (casi se triplica) y el de niños y niñas refleja una situación aún más alarmante: la tasa de obesidad infantil se han multiplicado por cuatro.

Para dar con estas cifras, el equipo de investigación analizó las medidas de peso y estatura (es decir, el índice de masa corporal o IMC) de más de 220 millones de personas, ubicadas en más de 190 países, entre 1990 y 2022. El trabajo, fruto del grupo sobre Factores de Riesgo de Enfermedades no transmisibles de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pone de relieve que tenemos un grave problema de salud pública con la obesidad.

"Es muy preocupante que la epidemia de obesidad que era evidente en adultos en gran parte del mundo en 1990 se refleje ahora en niños y adolescentes", advierte Majid Ezzati, uno de los autores principales del estudio e investigador del Imperial College de Londres. En el caso de las niñas de todo el mundo, la tasa pasó del 1,7% de la población mundial en 1990 al 6,9% en 2022. En el caso de los niños, el aumento fue del 2,1% al 9,3%.

En el caso de las mujeres adultas, las tasas mundiales de obesidad aumentaron del 8,8% al 18,5%, y en el de los hombres, del 4,8% al 14% en el mismo periodo. Ya lo vemos: la obesidad es una enfermedad que sube posiciones en todos los rankings: ya es la segunda causa de muerte evitable tras el hábito tabáquico, pero según las voces expertas no tardará en ser la primera. Sufrir sobrepeso también conlleva que aparezcan otras patologías relacionadas, como problemas cardiovasculares, artrosis, diabetes o cáncer.

El extraño caso de la obesidad en España

España se encuentra en la mitad de la clasificación por países. El artículo apunta una prevalencia de obesidad en adultos del 19% en hombres, siete puntos más que en 1990. Sin embargo, formamos parte junto con Francia de una casuística particular: la obesidad en mujeres ha bajado. La tasa es del 13% en mujeres, casi cinco puntos menos que hace 30 años.

En el caso de la infancia, sucede algo similar. El porcentaje de obesidad camina entre el 9% en las niñas (que sí sube 4,9 puntos más que en 1990) y el 12% en los niños (2,4 puntos más). No obstante, investigaciones anteriores han concluido con cifras de sobrepeso y obesidad más elevadas entre la ciudadanía española, sobre todo en el caso de las mujeres adultas.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, ha declarado ante la publicación de este informe que: "Retomar el camino para alcanzar los objetivos mundiales de reducción de la obesidad exigirá la labor de los gobiernos y las comunidades, con el apoyo de políticas basadas en datos científicos de la OMS y los organismos nacionales de salud pública.

"Y, lo que es más importante, requiere la cooperación del sector privado, que debe rendir cuentas de las repercusiones de sus productos en la salud". En definitiva, las voces expertas apuntan al mismo problema: el sistema sanitario no puede resolver este problema por sí solo, y es necesaria una acción conjunta continuada por parte de la industria y la sociedad en general si queremos evitar una bomba de relojería sanitaria en el futuro.